Los antecedentes más lejanos de poesía visual en el Perú corresponden a los realizados por Santa Rosa de Lima. Se trata de dos medios pliegos de papel, llamados “Mercedes” o “Heridas del alma” y “Escala espiritual”, fechados el 23 de agosto de 1616 y compuestos de 15 gráficos sobre las mercedes que dios le había concedido a la santa. Fueron descubiertos recién en 1923. En palabras de Emilio Baez Herrera, autor de "Las palabras del silencio de Santa Rosa de Lima o la poesía visual del Inefable”, estos poemas “constituyen el primer documento de calidad artística de una autobiografía espiritual femenina compuesta por una criolla en Hispanoamérica”. Siguiendo a Baez Herrera, Los trabajos de Santa Rosa de Lima, se suman y a la vez se anticipan a la tradición de manifestaciones íconoverbales de la literatura áurea hispánica.
Estos trabajos de la santa limeña utilizan el collage y el caligrama como recurso para manifestar un estado de éxtasis divino en donde lo verbal, siempre dentro de lo discursivo, se desborda en torno a la imagen de un corazón. Podemos leer en uno de los versos escritos en diminuta caligrafía: “confieso con toda verdad/en presencia de Dios que to/das las mercedes que (he) escrito/así en los quadernos como es/culpidas i retratadas en es/tods dos papeles ni las e visto/ni leído en libro alguno, so/lo si obradas en esta pecado/ra de la poderosa mano del/señor, en cuyo libro leo, que/es sabiduría eterna, quien confunde a los sobervios/ y ensalsa a loshumildes/cumpliéndose que lo ques condio a los prudentes i sabios/ revela a los Parvulos.
(Tomado de un texto sobre la historia de la poesía visual en el Perú en el que ando trabajando y pronto leerán completo).
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