jueves, 27 de mayo de 2010

30 segundos (sobre el recital y muestra de poesía visual del sábado pasado)

El sábado pasado participé de un recital llamado Cuatro Poetas, en el ex espacio La Culpable, organizado por Tilsa Otta. El evento se realizaba con motivo de la visita de dos poetas a Lima, la argentina María Eugenia López y el chileno Javier Norambuena (el otro poeta peruano anunciado, José Carlos Irigoyen nunca llegó). El recital incluyó además una pequeña muestra de poesía visual-conceptual, con trabajos míos y de Tilsa. Yo mostré mi serie “Papel Blanco” (con 19 papeles blancos) y Tilsa una obra llamada “50 años de la era espacial”. Además de los poemas de Tilsa, María Eugenia y Javier, yo participé leyendo un texto complementario a mis papeles blancos. No precisamente se trataba de un poema, quizá si algo muy deudor (salvando las enormes distancias) de las famosas conferencias de mi admirado John Cage. Algo a lo que podríamos llamar una conferencia-acción. Les dejó aquí algunas fotos del evento y los audios con las lecturas de todos los participantes. Los maullidos van de cortesía y fueron sin duda lo mejor de la noche.


Tilsa Otta y sus poemas visuales sobre la era espacial

Luis Alvarado y su serie de 19 papeles blancos: Papel Blanco

Tilsa lee poemas de Indivisible y unos nuevos, entre ellos Los locos del ritmo

Luis Alvarado lee un texto sin título a propósito del papel blanco, más silencio

Javier Norambuena y María Eugenia López leen poemas de sus diversos libros



Escuchar audio del recital



Tilsa Otta



Luis Alvarado



María Eugenia López y Javier Norambuena intercalados


lunes, 17 de mayo de 2010

Este sábado cuatro poetas y poesía visual





Este Sábado 22 de mayo se realizará un recital con los poetas María Eugenia López (Argentina), Javier Norambuena (Chile), Tilsa Otta y José Carlos Yrigoyen (Lima, Perú). En el evento también contará con una muestra de poesía visual, con trabajos de Tilsa Otta y Luis Alvarado.

Presentaré "Papel Blanco" y Tilsa "Los 50 años de la era espacial"

Todo esto en la Ex Culpable, en Sucreo 101, Barranco. A las 8.00 pm.

Espero ver a todos por ahí.

jueves, 25 de marzo de 2010

Inventar la voz por Enzo Minarelli

El poeta italiano Enzo Minarelli, una de las voces más importantes de la sound poetry actual y uno de sus más importantes toerizadores ha tenido el buen gesto de hacer unos comentarios sobre la edición del disco "Inventar la voz: nuevas tradiciones orales" que se publicó el año pasado gracias a la Sonoteca del Centro Fundación Telefónica y que recoge trabajos de poesía sonora y experimentación vocal peruana. Una entrevista a Enzo apareció también en la edición número 54 de la revista Hueso Húmero, acompañado de un extenso ensayo de Mario Montalbetti sobre lo que fue la muestra "Inventar la voz". Lamentablemente aún no se ha actualizado la web de Hueso Húmero por lo que no es posible acceder a la información de la última edición de esta prestigiosa revista de artes y letras.
Quienes deseen saber más sobre Inventar la voz, los invito nuevamente a revisar el myspace y pueden también descargar el disco a través de esta dirección.


Sobre Inventar la voz

Por Enzo Minarelli

Voy a hablar de un CD que se llama “Inventar la voz: nuevas tradiciones orales”, el editor es Luis Alvarado, edición de Fundación Telefónica, 2009, Lima, Perú.

La primera pieza que encontramos es de Mario Montalbetti y el título es “Música para quince grullas atadas de las patas”. Ese texto me permite hablar de la relación que hay entre palabras y música. Es un trabajo inteligente que tiene una coherencia sobre todo en las palabras que no son palabras sino son sílabas o solamente fonemas, entonces hay una coherencia de poner la ruptura de una palabra y relacionar esa ruptura de la palabra (fonema y sílaba) a la música. Quiero decir también que la música es una no música, es un ritmo bastante sencillo. El autor dice que lo ha grabado en Garage Band y pienso que escuchándolo muchas veces podría ser que una sílaba o un fonema corresponde a una nota. Si hay una destrucción o ruptura de la palabra hay también una ruptura de la música, como no hay un ritmo lingüístico no hay tampoco un ritmo musical. Para mí la relación música/palabra es determinante en la poesía sonora, porque si hay más música no es poesía sonora sino una canción pero no hay que exagerar también hacia la palabra. Aquí el balance es muy armónico, no es una canción claramente, no es un lied, es una poesía sonora con ese efecto laberíntico de confusión, casi un ruido de los media.

El segundo poema es de Pauchi Sasaki, “Asperger_nº 04”, y para ese poema me gustaría citar el tercer punto del “Manifiesto de Polipoesía” escrito en 1987, aparecido en Valencia. El tercer punto de este manifiesto dice: “La elaboración del sonido no admite límites, debe ser empujada hacia el umbral del ruidismo puro, un ruidismo significante: la ambigüedad sonora, sea lingüística como oral, adquiere sentido si explota al máximo el aparato instrumental de la boca”. Aquí llegamos a un punto fundamental de la poesía sonora, el poema de Sasaki plantea ese punto, el instrumento de la boca, hacer cosas empleando la boca como un instrumento, ella lo hace perfectamente, con inteligencia y pienso que llega a un ruidismo fonético, que es cuando la palabra se explosiona. El ruidismo es una técnica de la poesía sonora donde empleas la palabra y explotandola a un máximo nivel y se rompe y llegando a un ruidismo. Yo pienso que comunica mucho más un ruidismo fonético que la palabra en su pequeño significado, porque con el ruidismo fonético hay un polisentido y polisignificado y Sasaki lo hace con un sentido muy eufónico, armónico, no es cacofónico. Es un poema donde hay un claro inicio y fin, y eso me gusta porque como decían Aristóteles o los cómicos americanos (el gordo y el flaco, o Jerry Lewis) cuando haces un poema tienes que tener claro el comienzo, el medio y el fin y eso Sasaki lo ha entendido muy bien.

El tercer poema es Luz María Bedoya, se llama “Me tiemblan mis labios”. Aquí pienso que hay la técnica del escultor Miguel Ángel que es la reducción. Decía Miguel Ángel que cuando uno hace una escultura hay que quitar cosas y eso es lo que hace Luz María Bedoya, substrayendo de manera justa, correcta, un sentido claro. Pienso que este poema es una manera nueva de comunicar un mensaje político. En los años de la contestación cuando había poesía esta estaba perfectamente mimetizada, la poesía imitaba la lengua de cada día, Bedoya desarrolla una técnica sencilla de reducción, donde las palabras se quitan, se comen y es una manera nueva de comunicar un mensaje político.

Frido Martin y “Entre tus sesgas”. Aquí estamos enfrente de la clásica lucha que hay entre palabras integrales contra el verdadero ruido. Pero Martin está leyendo. Hace un texto que es leído entonces se pone de una manera bastante clásica contra el ruidismo.

Otro poema de Juan Diego Capurro, cuyo título me gusta mucho, es “Eutanasia en el desierto”. Pienso que en este poema la pregunta esencial es que la tecnología tiene siempre que ser dominada y controlada y el poeta sonoro no tiene que ser ni dominado ni controlado por la tecnología. Justamente Luis Alvarado que es editor del cd, en la presentación de la edición dice que hay también una pregunta por la escucha de la voz y claramente hoy hay también que ubicarse de una manera diferente enfrente de ese trabajo y la tecnología, que es una parte importante, tiene que ser controlada para favorecer una nueva manera de escuchar, como dice Luis Alvarado, porque nosotros que somos poetas sonoros buscamos lo nuevo, lo absoluto, lo ignoto pero hay también que considerar una manera de escuchar esos poemas. Por ejemplo en “Eutanasia en el desierto” se emplea el ruido de una cinta de grabador, y el ruido que hace la cinta que se vuelve se llama técnicamente wow. Esa palabra que indica el ruido, yo recuerdo que lo he empleado en un poema mío que se llamaba “Wow flutter stop”, y ese mismo ruido lo he escuchado en este poema y sería bueno saber porqué Juan Diego Capurro lo ha usado. Si hay una conciencia del poema él puede decir sus razones, si no hay una conciencia puede ser un acto instintivo y casual. Yo digo que siempre hay que estar consciente de lo que se hace.

El poema número seis es Daniel Kudó y son los números “03276951”. Es un homenaje al coro, hay un grupo de gente que emplea sus voces, es casi una letanía religiosa y hay por consecuencia el valor de los números, el sentido del infinito, en sus múltiples tonalidades, me recuerda el poema “Colores”, de Jorge Eduardo Eielson que ha explotado la idea de la repetición. Ustedes saben en ese poema repiten siempre los mismos colores. Jakobson ya lo ha teorizado a principios de siglo, también Edgar Allan Poe, en su famoso cuento Berince, donde el protagonista repite muchas veces la misma palabra hasta que se pierde el sentido, es un juego que también hacen los niños. Kudó desarrolla esa técnica de la repetición y es creo una manera de comunicar lo incomunicable a través de los números.

El siguiente es el número siete de Carlos Estela, llamado “uncu erpo”. Este trabajo me permite distinguir lo que es la lectura de un texto de lo que es poesía sonora. No se puede ir hacia el sur y al mismo tiempo hacia el norte, para mencionar un poema visual de Eielson, “arriba/abajo” o abajo es arriba no es siempre posible, quiero decir que si lees un texto no haces poesía sonora, y si haces poesía sonora no estás leyendo un texto. Cuando lees entonces hay escritura y la poesía sonora se hace a viva voz y no hay referencia a la escritura. Aquí también hay una relación de la voz con un ruido que no sé si es didáctico o es una redundancia. Pienso que es peligroso, aquí hay riesgo de la hibridación de la lectura y la poesía sonora al mismo tiempo, no pienso que es una mejor manera para trabajar.

El número ocho es Casari que es “Proyecto sonoro sin título con final inesperado”, bien esto de Casari es interesante, él no hace poesía sonora sino casi un reportaje. Qué hace el señor poeta Casari, no sabe qué hacer, Luis Alvarado le ha invitado a hacer una pieza y él no sabe qué hacer, entonces él empieza a hacer preguntas a personas que encuentra en la calle y aquí está la inteligencia de este poema, porque casi es la poesía de la poesía, la meta poesía, es una descripción de cómo se hace una poesía. Pero el oyente tiene que ser activo para crear en su cabeza el poema que aquí es sólo descrito. Si ya lo he dicho no es poesía sonora sino arte acústico. Voy a mencionar algunas frases que se escuchan y que me gustan: Casari dice “no sé qué hacer, no sé me ocurre nada”. Y es verdad muchas veces el poeta sonoro tiene una aporía, no se sabe cómo ir allá. Hay otro hombre que dice “voy a grabar una sesión de amor”, es interesante todos los ruidos que se hacen cuando se hace el amor a una mujer, lésbico, homosexual, está bien, somos tolerantes. Otro dice grabar el sonido de los sueños. El gran Calderón de la Barca decía que la vida es sueño, la verdadera vida estará en dos horas cuando me vaya a dormir. Otro que me gustó bastante es una chica que dice que hay que conocer los elementos básicos de la computadora. Hay que conocer, hay que estudiar, antes de hacer un poema sonoro hay que saber quiénes han venido antes de ti, eso me parece un concepto importante, hay que dominar la tecnología, hay que estudiar el software y después haces la poesía sonora.

Vamos ahora con Rodrigo Derteano que es “Poema multiplicado”, es el famoso poema de Jorge Eduardo Eielson, ya mencionado “Noche oscura del cuerpo” que hace alusión a San Juan de la Cruz, hay cinco o seis voces que van a leer o intercalarse entonces Derteano dice el poema no lo lee una sola voz, lo leen unas voces pero Derteano dice también una cosa que nos hace reflexionar un poco, dice “yo he grabado las voces interiores en su ambiente doméstico”, yo diría que esas voces son acusma, significa que son las voces que te llegan del cuerpo, de adentro, que casi no tienes que hablar, acusma, la voz mística de adentro, y Derteano ha hecho una pequeña manipulación, salen las voces que se van a intercalar, interponer, y es un efecto interesante, puede ser que Jorge Eduardo Eielson no tenía la posibilidad de desarrollar tecnológicamente su poema, pero lo hecho Derteano, si puedo hacer una pequeña digresión de Eielson. Puedo decir que él con su poema sonoro “Colores”, en los años 60s, consiguió una manera también de experimentar con la voz, en años donde la poesía sonora ya estaba en sus comienzos, Henri Chopin recién a final de los años cincuenta inventa ese termino de poesía sonora.

El poema diez es de Paulo Novoa, “Icaro para el aceite negro”, la pregunta es, ¿es un canto o no es un canto? ¿La poesía es una canción o no lo es? Me parece que aquí estamos en frente de una negación del canto, la fuerza está en el hecho de que no hay palabras, hay poco ritmo, y es exactamente lo contrario de lo que es el bel canto, es una negación, no, no pero cuando se dice no hay que conocer aquello de lo que se dice no, creo que es la negación del bel canto.

Reynaldo Jiménez, es “Simple 33 rpm”, es interesante, cuando lo he escuchado la primera vez me impresionó esa voz porque parece que empieza leyendo pero saliendo, saliendo es casi un work in progress, está saliendo más y más y transforma esa lectura en una poesía sonora, empieza con el inglés cambia de ritmo, tiene siempre una connotación de leer o de performar que va saliendo y es un ejemplo interesante de la musicalidad de la voz, porque está leyendo pero no está leyendo, está cantando y no está cantando, disfruta muy bien de la armonía de la voz, yo diría que es un ritmo fático, como diría Jakobson, un ritmo corporal, la voz es su cuerpo, y llega muy bien y prueba que sabe controlar la garganta, la voz como instrumento.

El último es Omar Aramayo, que es “Homenaje a Marcela Castro”, aquí es siempre una lectura, una voz macha, si se puede decir, pero es una poesía sonora porque como he dicho antes en el caso de Sasaki emplea la boca como instrumento de creación pero hay lo que el lingüista Martinet llamaba los clicks, que son esos ruidos que hace la boca, y él emplea muy bien todos los sonidos, todas las tonalidades de los diferentes ruidos que es posible hacer a través de la boca y eso lo hace con la técnica del jazz, de improvisación, generalmente un poeta sonoro tiene un esquema de ejecución y hace una cosa que está planteada. Aquí me parece hay el valor de la improvisación, y que puede cambiar dependiendo el humor del poeta y del lugar.

Quiero hacer unas consideraciones finales. La primera es que verdaderamente para mí es una gran novedad ver una concentración tan grande de poetas sonoros experimentales en Lima ahora. Yo viajo mucho por todo el mundo, no conozco una situación semejante en Sudamérica, así bien hecha bien editada por Luis, que es realmente un editor que ha sabido tomar a los poetas y poner a gente que llega de diferente experiencia bajo ese marco de “Inventar la voz”. Segundo, me gustó mucho el trabajo tecnológico como ya he dicho en una entrevista hablando con Luis, la teoría es importantísima antes de hacer un poema sonoro hay que estudiar, entonces veo que esa conciencia ya está en esos poetas. Si puedo hacer un humilde consejo, esos poetas siempre deben relacionarse, conocer lo que ha pasado antes de ellos, ya que están así, de vez en cuando hay que escuchar las cosas que han pasado antes para ver si las cosas que haces son verdaderamente nuevas o de vez en cuando puede ser semejante a algo, eso lo digo porque es importante una originalidad pero estos trabajos tienen su fuerza, su energía, al final “Inventar la voz” es un titulo correcto, como decía Luis hay que inventar cosas nuevas, una manera diferente de hacer la voz, mirando al futuro pero sin olvidar lo que ha llegado antes de nosotros y vosotros.

lunes, 1 de marzo de 2010

Fin del taller: resultado: Ni a balas nº1

Este fin de semana concluyó el taller de creación que dicté en las cómodas instalaciones de Sendar Producciones. Se trató de un taller dirigido a niños y adolescentes. Fue una experiencia muy grata que hizo que mis lunes y martes durante estos dos últimos meses fueran realmente inolvidables. El resultado fue la creación de un fanzine con los trabajos realizados. Esta publicación fue bautizada con el nombre de "Ni a balas" y la pueden descargar haciendo click aquí.
Pronto más noticias de un nuevo taller. Para Alejandra, Jazmine, Diego y Carlos, gracias por compartir buenos momentos. Definitivamente el alumno fui yo.

Les dejo aquí un par de trabajos de novísima poesía visual peruana.





Carlos Espinal (14 años)





Alejandra Arévalo (12 años)

viernes, 19 de febrero de 2010

jueves, 18 de febrero de 2010

Más Inventar la voz - Entrevista en Radio Filarmonía

A propósito de la edición del cd de Inventar la voz, Efrain Rozas del programa Músicas del Perú de Radio Filarmonía tuvo la amabalidad de hacerme una entrevista en la que pudimos conversar extensamente sobre estos asuntos.

Efraín ha subido el audio a su blog, donde también se pueden escuchar los audios de programas pasados. Se los recomiendo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

El paso de Cecilia Vicuña por Lima



Cecilia Vicuña pasó por Lima la semana que pasó. Fueron tres días muy intensos y de mucho aprendizaje. El miércoles presentó en La Culpable la antología The Oxford Book of Latinoamerican Poetry. Estuvo Rodolfo Hinostroza, quien se reencontraba con Cecilia después de no sé cuantas décadas. Habían coincidido en Londres a principios de los 70s y tal parece no se veían desde entonces. Escuché cuando Cecilia le dijo: “te reconozco por tu voz”.

Hinostroza era uno de los antologados en el libro (junto a Antonio Cisneros y Carlos Germán Belli de los peruanos vivos y quienes por diversos motivos no pudieron participar del encuentro).

La presentación tuvo como acompañantes a Tilsa Otta, Andrea Cabel, Rodrigo Quijano, Carlos Estela, Fredy Roncalla, José Miguel Herbozo y quien esto escribe. Cada quien leyó un poema de los peruanos antologados: Tilsa a Blanca Varela, Andrea a Jorge Eduardo Eielson, Rodrigo a Martín Adán, Carlos a César Moro, Fredy a Gamaliel Churata, José Miguel a José María Eguren y yo a César Vallejo.

La velada estuvo muy simpática, hubo un público muy afectuoso y curioso que se quedó hasta el final (algunos nos quedamos hasta que se hizo de día). Luego de la lectura de los poemas incluidos en el libro, cada quien leyó un poema propio. Hinostroza optó por no leer, dijo algo como que no le gustaba recitar. A mí tampoco me gusta recitar la verdad. De hecho la palabra declamación es una de las que más detesto. Pero esto tenía que ser distinto.

Todos leímos algo. Rodrigo Quijano optó por no leer ningún poema suyo. Andrea salió del lugar antes que empezara la ronda de poemas propios. Así que tuvimos dos bajas, de todos modos estaba bien, había pasado ya bastante tiempo pues hubo un invitado sorpresa que leyó alguno de los poemas quechuas incluidos en la antología. Y bueno empezó Cecilia, que leyó y cantó a la vez, remontándose a la tradición oral. Leyó un poema en quechua recogido por Garcilazo, Zumac Ñusta, en una versión personal, "trastocada". Un cruce de oralidad andina con dadaísmo. Fue simplemente genial y creo que más de uno quedó con la boca abierta.

Luego siguió Tilsa que leyó dos poemas incluidos en su libro Indivisible. Uno corto y uno largo. Fue la única, de todos los poetas invitados, que tuvo la delicadeza de saludar.

Luego siguió José Miguel Herbozo que leyó dos poemas nuevos, sin titular, muy buenos y que ya advierten su madurez poética.

Luego siguió Carlos Estela que leyó un par de poemas experimentales donde las palabras se articulaban sin un orden lógico aparente. No era propiamente asociación libre, sino más bien poemas que funcionaban a la fuerza del ritmo.

Luego siguió Fredy Roncalla que leyó un par de poemas. Sé que Fredy es un gran estudioso del mundo andino así que por lo escuchado sus poemas recogen también ese universo. Se puso a leer luego poemas de Juan Ramirez Ruiz, algunos incluidos en Las Armas Molidas, y, no lo olvido, miró a Carlos Estela y le dijo algo así como que en ese libro hay cosas como las que él había leído.

Luego me tocó a mí. Era la primera vez que leía en un recital. No llevé ningún poema, sino un cd con algo que había grabado, era un poema sonoro que se llama “El Instante” y que dura un abrir y cerrar de ojos.

Culminado el recital recuerdo que me acerqué a Ricardo Gonzalez Vigil para regalarle una copia del cd “Inventar la voz” y me dijo algo sobre el poema: me recuerda a lo que Eielson tomaba de Beckett. No entendí bien, honestamente no conozco mucho a Beckett pero buscaré resolver ese misterio. Otro señor se acercó a decirme “He sido He sido” me recurda a “Ácido Ácido”. En fin.

Nos quedamos todos allí conversando y con la promesa de volver a repetir esto muy pronto.

Al día siguiente con los estragos de una noche muy intensa, llegó el turno de la presentación del libro de Cecilia Vicuña, en el Centro Fundación Telefónica. Yo era el presentador. Escribí algo muy breve, apenas general, que pudiera servir como introducción al mundo de Cecilia Vicuña, lo mejor sin duda fue el conversatorio que se generó después con el público. Cecilia hizo una perfomance, sin avisar, empezó a deshacer lo que era una suerte de ovillo de lana roja, con la que iba conectando a todos los allí presentes. Fue algo muy bonito, muy cálido. Cecilia tiene una energía casi curativa que ofrece con su sola presencia. Y ese día sin duda más de uno se sintió tocado.

Les pego aquí el texto que leí mientras Cecilia se conectaba con alguna fuerza misteriosa.

Cecilia Vicuña
V


Mi primer contacto con la poesía de Cecilia Vicuña fue por intermedio de la revista argentina Tsé Tsé, que dirigía un poeta peruano, radicado en Argentina, llamado Reynaldo Jiménez. Quien haya leído Tsé Tsé podrá estar de acuerdo conmigo en que en sus páginas sólo se lee buena poesía. Recuerdo claramente ese número pues gracias a él pude conocer la obra de Juan Eduardo Cirlot, de Wilson Bueno y claro, de Cecilia Vicuña.

En la revista se incluía una entrevista a Cecilia, unos poemas y algunas imágenes extraídas de unos videos. Había algunas de unos hilos y unos nudos, obviamente pensé en un quipu y claro, era imposible no pensar en Eielson. “A Cecilia Vicuña debe gustarle Eielson”, me dije.

Pero la historia de Cecilia con los hilos y los nudos era en realidad muy antigua. En la entrevista ella hablaba de una obra llamada “El quipu que no recuerda nada”, realizada en 1965, siendo apenas una adolescente y que consistía en un hilo que cruzaba de un lado a otro su dormitorio. Ese gesto de tejer en el espacio de su dormitorio, de su espacio personal, tiene un carácter casi como de big bang, como de un gran comienzo, un nacimiento y ese hilo, como se sugiere en dicha entrevista, parece ser también una suerte de cordón umbilical. No hay que olvidarnos además del nombre: “El quipu que no recuerda nada”. Todos sabemos que los quipus eran una herramienta que en el antiguo mundo andino se usaba para registrar datos, eran artefactos para la memoria. Se dice también que se usaban como una forma de escritura. Pero de esos datos y de esa escritura sólo tenemos hipótesis. Imaginación. Un universo entero que nuestra intuición y nuestra obsesión científica quiere recuperar. Pero la verdad es que ningún quipo recuerda nada, pero su sabiduría está allí, misteriosa, para quien pueda percibirla.

Y en cierto modo la poesía de Cecilia Vicuña tal vez sea también una forma de explorar ese misterio. Porque de lo único que puede hablarse es del quipu que no recuerda nada, de algo que se escribe con q con u con i con p y con u.

Hablar del quipu sea tal vez como hablar de las estrellas. Como quien alza la mirada al cielo y se pregunta qué habrá más allá.

Justamente pensaba en estas cosas luego de leer V, la antología que ha sido editada por la editorial Trpode, que dirige nuestro gran poeta Renato Gómez, y que nos trae de vuelta la poesía de Cecilia Vicuña, lo más importante es que este libro se ha editado en Perú.

En el libro hay un poema que se llama “Palabra e hilo”, donde leemos este verso: “la tejedora ve su fibra, como la poeta su palabra”.

Para Cecilia el tejido es la manera como se ensamblan las cosas, un tejido que nos lleva nuevamente a recordar su acción de cruzar un hilo de uno a otro lado de su habitación. El tejido de las palabras, pero también de las cosas. Esencialmente de lo que se trata es de un tejido, y los elementos pueden ser muchos y muy distintos.

El trabajo de Cecilia, como algunos deben saber, no descansa únicamente sobre el cómodo espacio de la página, la poesía de Cecilia Vicuña es multimensional: instalaciones, objetos, sonidos, movimiento, performance. La palabra de Cecilia es espacial, por usar una terminología que creo es de Artaud.

La palabra de Cecilia indaga esa zona previa a la poesía escrita, cuando el canto y la poesía eran una sola. Y cuando el poema, en la tradición oral, no era uno sino muchos, infinitas variaciones que no conocían la inmovilidad de la poesía escrita. La poesía oral estaba/está en constante trasformación.

Hay algo que aquí se enlaza. En Cecilia esa suerte de retorno a ese momento milenario de contacto con lo sagrado, de una poesía que es un canto para los dioses, debe verse como una rebelión contra la manera en cómo la escritura ha dividido al mundo y también como unas ganas locas de salirse del margen, de ir hacia territorio inexplorado: una eterna pregunta por el qué pasará.

El retorno de Cecilia es al sonido, a ese tono que nos hace conocer el mundo. Porque si de una cosa estoy seguro es que al mundo sólo podemos conocerlo, realmente, a través de sus sonidos, y claro a través también de sus silencios. Al mundo se le oye. Y Cecilia nos canta y nos encanta, extiende la palabra poética, la libera, la hace poderosa.

Yo los invito a leer el libro de Cecilia Vicuña, a oírlo, a mirarlo, a sentirlo. El verdadero libro que Cecilia ha escrito está alrededor de nosotros, en el tiempo, en el espacio. Es una frecuencia, un color, un objeto, un movimiento, algo que va a chocarse con nosotros (L.A).

***

Culminada la presentación llevamos a Cecilia a comer algo y ver algunos libros de poesía, contar cosas y pasar una alegre velada entre personas muy simpáticas, que bebían pisco. Al día siguiente fue la presentación de sus videos. Presentó Paracas y Kon Kon, se armó una interesante conversación. Pero eso amerita otro post. En breve también algunos videos que subí a youtube.


La foto que ilustra este post fue tomada por Tilsa Otta.